Sé que he tardado mucho en postear, pero es que Nueva York requería mi presencia, y allá que fui. Pero mejor os hablo del viaje otro día.
El sábado sabadete antes de ir a NY, conseguí convencer a cuatro amiguetes para que me acompañaran a un "concierto" (o eso les dije) con la promesa de que iba a haber buena música, ambiente guay, podríamos bailar (y olvidarnos de la pachanga), cambiar de aires (cuando salgo con ellos casi siempre acabamos en Tribunal) y de paso tomarnos una cañeja o una copa, y menos esto último el resto by the face.
Y yo ilusionadisima de la muerte con el plan.
No era un concierto, más bien una sesión de DJ. No es que a mi me entusiasme la electrónica, pero de vez en cuando me gusta escuchar algo de house,... y bailar.
Lo importante era que el que pinchaba como invitado era, tan ta ta chan... el hombre de mi vida (aunque él todavía no lo sepa):
CALVIN HARRIS

Me encanta, lo adoro, y aunque a veces parece que tenga un poco cara de atontao, cuidado, es mi atontao.
Su estilillo al vestir, con su punto un poco freaky, su voz, me parece monísimo, y además es ESCOCES. Perfecto, envuélvamelo en papel de regalo que me lo llevo.

Desde que pase una temporadita alla por Edimburgo, me enamoré de la ciudad, de Escocia en general (algún día hablaré de mi mejor cumple, el que celebré en el Lago Ness), y de algún lugareño, para que negarlo...
Así que Calvin, que sepas que no tengo inconveniente alguno en mudarme a tu tierra, puesto que en un futuro espero regresar para quedarme, así que mejor imposible. Bueno, podemos vivir en Londres, que también me encanta (pero menos) y además es menos fria.
Calvin y su resaca, cari quieres un paracetamol?
Bueno, al grano. El caso es que el sábado 22 de Febrero, Calvin fue a pinchar a un garito. Así que ahí estaba yo en primerita fila desde las 12 de la noche, con cuatro personas más esperándole. Mis amigos decidieron ir más a su bola y establecieron el campamento por el centro de la pista, mientras, yo haciendo amigos con el resto de los sufridores de la primera fila. Esperamos, esperamos, y esperamos. De momento buen rollito, el local se iba llenando, gente bailando, el DJ residente me gustaba (ya digo que yo no entiendo nada de ese estilo de música)... y nos chivan, eran la 1 de la mañana ya, que Calvin no haría acto de presencia hasta las 2 y media.
Arrgrgrgrgrgrggrmecagoentotusaaarrrrrrggggrrrg
Yo dudaba ya que mis amigos soportaran la espera, y más por alguien que no conocían en absoluto. Aparte el local se iba llenando y cada vez el agobio era mayor.
Pero lo mejor de la noche, lease con tono irónico, fue la llegada de un grupo de nosecuantos ingleses (muy pasados de rosca, todo hay que decirlo) que se situan detrás mio y de otra amiga, y resto de compañeros de la primera fila que estabamos allí desde la apertura de puertas. Tened en cuenta que la mesa donde se pinchaba quedaba situada como en un escenario y separado este por una valla. Pues los hijos de la Gran Bretaña se dedicaron toda la noche a dar por... saco. Empujones, golpes, codazos,... Puede que desde atras se empuje, y por eso ellos también terminaban empujando, pero no, os prometo que lo que hacían era jod... al personal. Estuvieron molestando hasta que consiguieron echarnos a muchos de los que estabamos en primera fila, entre vitores por su parte. Avisamos a los de seguridad en más de una ocasión, pero como el que oye llover. Y es que les daba igual aplastarnos contra las barras...
Yo soy una persona superpacífica, pero es que ese día sacaron a la niña del exorcista que llevo agazapada dentro de mí. Tras decirles amablemente que como siguieran empujando iba a pasar a fundirme con la barrera, o que de tanto roce (porque los tenías literalmente pegados a la espalda) por lo menos que me invitaran a cenar o a una copa antes de llegar a ese nivel de intimidad (notese la ironía), luego pasé a agarrar a uno y soltarle Como me vuelvas a tocar te arranco los huevos de cuajo, que luego descubrí se escuchó en cinco kilometros a la redonda.
La pregunta es como pudimos aguantar a esos energúmenos. No lo sé, lo único que quería al final era ver a Calvin aparecer. Le ví, saludo, nos sonrió, y aguanté durante un cuarto de hora. El resto es historia. Nos fuimos, y me dió un bajón tal por la rabia del momento que se me saltaban las lágrimas. Tenía mucha ilusión puesta en verle, y por culpa de unos ingleses hijos de la Gran .... Bretaña, me fastidiaron el plan. Y encima no sé si mis amigos volverán a aceptarme otro plan en mucho tiempo después de la odisea pasada (tengo que recordar que en un momento de la noche nos vinieron a buscar a mi amiga N y a mí para sacarnos de ese infierno y no fueron capaces de llegar hasta nosotras)
Aún así, sigo loca por mi Calvin, que actuará en el FIB por cierto, así que si alguien se apunta que me lo diga pero ya.
Unos compañeros del curro, cuando le vieron en fotos y mi salvapantallas, y en algún video del youtube, se descojonaron un poco y me dijeron que era absolutamente mi tipo. Yo estoy deacuerdo, pero ¿eso es bueno?
Por cierto al día siguiente (si, un domingo) me tocó ir a currar. Y como recuerdo del concierto, tube unos estupendos cardenales alrededor de la cadera (que casualidad, será por que me empotraban contra una valla??) y piernas. Menos mal que el lunes me encontraba cruzando el Atlántico.

Besos para todos, y ahora podeis contarme vuestra peor experiencia en un concierto.
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